domingo, 3 de enero de 2016

Metodología para la construcción de argumentos

Vista la importancia de la argumentación, aquí te proponemos una metodología para construir argumentos que incluye los siguientes pasos:

I. Elección del tema.

II. Delimitación del tema.

III. Planteamiento del problema.

IV. Planteamiento de la hipótesis (conclusión).

V. Búsqueda de razones (premisas) que apoyen la hipótesis (conclusión).

VI. Construcción del argumento.

VII. Refutación del argumento.

Veámoslos con más detalle:


l.  Elección del tema

El tema se expresa a través de un concepto, por ejemplo:

a) Los animales.

b) Los derechos de los animales.

c) La situación  de los derechos de los animales en el mundo.

d) La situación de los derechos de los animales en México.


Recuerda que un concepto es algo diferente, a una proposición, pues a diferencia de ésta, no afirma nada acerca del objeto. Por lo anterior, un concepto no puede ser verdadero ni falso, como sí lo son proposiciones.

El planteamiento del tema debe entonces cumplir los siguientes requisitos:

a) No se debe confundir con la proposición.

b) Debe estar planteado de manera clara.

c) Debe de ser específico, interesante y actual.

d) Debe de ser interesante.

e) Debe ser actual.


II.  Delimitación del tema

Una vez que hemos elegido un tema, es preciso delimitarlo, es decir, especificar qué nos interesa exactamente de él. Nosotros ya hemos seleccionado el tema de Los animales. Con él ilustraremos nuestra metodología para mostrarte, paso a paso, cómo construir argumentos.

            Hay quieres tienen habilidad para elegir, de entrada, un tema ya delimitado, es decir, conciso y específico, que no da lugar a divulgaciones. La mayoría sin embargo no posee esta destreza, pero tampoco ve con claridad cuál es su importancia.  Preguntémonos: ¿Qué ventajas o desventajas tiene elegir un tema muy amplio o uno muy específico? La respuesta es simple:

·         Elegir un tema muy amplio implicará mayor tiempo y menor profundidad de investigación.

·         Un tema específico implicará menor tiempo y mayor profundidad de investigación.

Para seguir con nuestro ejemplo, delimitaremos el tema de los animales haciéndolo más específico. Por ejemplo,  Los derechos de los animales. Podemos percatarnos en primera instancia que el primer concepto es demasiado amplio, pues podría referirse a innumerables tópicos: los animales en peligro de extinción, los tipos de animales de ciertas regiones, el daño o beneficio que causan a los humanos, sus derechos, y muchos otros aspectos parecidos, con lo cual abarcaríamos un tema tan amplio, que hacer una buena investigación nos llevaría lo que se dice toda una vida, y en realidad lograríamos poca profundidad de su tratamiento. Por tal razón elegimos sólo un aspecto de la inmensidad de aristas posibles para avanzar más rápido en nuestra investigación y profundizar lo más posible que si nuestro tema fuera tan general  como Los animales.

III.  Planteamiento del problema

Un problema plantea una cuestión a resolver. Al plantear un problema es necesario cuidar que cumpla los siguientes requisitos:

            a) El problema se debe de plantear en forma de pregunta.

            b) Debe estar directamente relacionado con el tema elegido.

            c) Debe de abordar sólo un tema.


Siguiendo con nuestro ejemplo, plantearíamos nuestro problema de la siguiente manera:


            ¿Los animales tienen derechos?


IV.  Planteamiento de la hipótesis (tesis o conclusión)


La hipótesis es la respuesta al problema planteado, es decir, la tesis o planteamiento que se defenderá y del cual se quiere convencer a otros, y que a su vez dará lugar a la conclusión de nuestro argumento.

            La hipótesis se expresa a través de una afirmación. Esto no implica que no puedan existir negaciones de ella, pues en tal caso estaríamos afirmando que no se establece la relación entre sujeto y predicado.

            Por ejemplo, si argumentamos que Los animales no tienen derechos, estamos afirmando que no se da la relación entre el concepto animales y el concepto derechos.

            Cuida que tu hipótesis cumpla los siguientes requisitos:

            a) Que sea una afirmación.

            b) Que esté escrita de forma clara, evitando un lenguaje ambiguo, inconsistente o

            demasiado abstracto.

            c) Que responda de manera directa al problema planteado.

            d)Que sea creíble.

            e)Que sea específica.

            f) Que sea pertinente (que no se salga o desvíe del tema planteado).

            g) Que sea defendible (que hay razones buenas a su favor).
 

Ateniendo estos requisitos, nuestra hipótesis para el problema ¿Los animales tienen derechos? sería:

            Algunos animales tienen derechos.


V.  Búsqueda de razones (premisas) que apoyen la hipótesis (conclusión)

Un paso importante en la construcción de argumentos es ofrecer razones (premisas) para apoyar la hipótesis (conclusión), es decir, para justificar nuestras creencias. Es este paso lo que distinguirá la hipótesis o conclusión de una simple opinión.

            Al llegar a este punto, será necesario que listes todas las razones (premisas) que se te ocurran para defender la conclusión.

            Así, volviendo a nuestro ejemplo, para defender la tesis de que Algunos animales tienen derechos se me ocurren las siguientes razones:


            a) Algunos animales son seres sensibles.

            b) Algunos animales sufren.

            c) Algunos animales pueden ser dañados por nosotros.

            d) Algunos animales tienen un sistema nervioso central que, al igual que el de los             humanos los hace seres capaces de experimentar sensaciones de placer o dolor.

            e) Algunos animales no dañan a nadie.

            f) Algunos animales, al igual que los seres humanos, deben tener derechos.

            g) Algunos animales están indefensos.


Una vez expuestas todas nuestras razones, evaluamos cuáles de ellas cumplen los siguientes requisitos, pues tenemos que cuidar que sean:


·         Claras. Expresadas en un lenguaje que no se preste a ambigüedad.

·         Verdaderas. Lo que se afirma se corresponde con la realidad.

·         Pertinentes. Están relacionadas con lo que se define en la conclusión y no se desvíe del tema.

·         Suficientes. Ofrecen el apoyo necesario (no menos) para apoyar la conclusión.


De la primera lista de razones que escribiste a favor de tu conclusión, ahora elegirás sólo aquellas que cumplan los criterios anteriores. Recuerda que las premisas darán sustento a tu conclusión, de tal forma que si no cumplen los requisitos mencionados, serán débiles y no servirán para esgrimir un apoyo fuerte y decisivo de defensa y, con ello, muy difícilmente podrás convencer a otros de tu argumento.

            Como puede concluirse del análisis de las razones ofrecidas, algunas son mejores que otras, y el resto son imprecisas o débiles, no tienen que ver directamente con el tema o son repetitivas no aportan realmente nada relevante en apoyo de la conclusión, etc. Aplicando los criterios mencionados, concluimos que la del inciso d) es más pertinente porque engloba varias de las otras de manera más precisa.


VI.  Construcción del argumento


Hemos llegado al penúltimo trecho en el camino de la construcción de un argumento. Si realizamos bien las etapas anteriores, esta actividad será muy fácil, pues lo que procede es redactar las premisas y conclusión tal y como han quedado escritas en las fases anteriores. En tal caso, no olvides:


            a) Presentar tus ideas en orden.

            b) Que la exposición de tus planteamientos sea coherente.

            c) Expresar tus ideas con precisión.

            d) Enumerar las premisas.

            e) Anteponer a la conclusión el símbolo de "por lo tanto".

            f) Si te es posible, prueba el colocar las premisas y la conclusión en           
             alguna estructura  argumentativa que ya conozcas.


Siguiendo con nuestro ejemplo de Los derechos de los animales, y dado que ya conocemos diversas estructuras argumentativas, optamos por escribir nuestro argumento dentro de la estructura de modus ponens, por lo cual nos queda así:


1.      Todos aquellos seres que tengan un sistema nervioso central que los haga capaces de experimentar sensaciones de dolor y placer tienen derechos (premisa 1).

2.      Algunos animales (no humanos) tienen un sistema nervioso central que los hace capaces de experimentar sensaciones de dolor y placer (premisa 2).

            Por lo tanto, algunos animales (no humanos) tienen derechos (conclusión).


Siguiendo los consejos recomendados, decidimos precisar que hablamos de animales que no son humanos, pues recordemos que al ser humano también se le considera un "animal racional".


VII.  Refutación del argumento


La refutación forma parte de la construcción de argumentos, y consiste en ofrecer razones para demostrar que una o varias de las premisas que apoyan a la conclusión del argumento son falsas.

Es importante destacar que para refutar un premisa no basta con señalar que es falsa; hay que demostrarlo.

            La refutación de argumentos es útil no sólo para contrarrestar las tesis de otros, también lo es para poner a prueba la fortaleza de nuestras propias creencias. Por ende, al construir un argumento, además de pensar en las proposiciones que apoyan nuestras ideas, debemos pensar en las posibles objeciones que otros podrían hacerles. Esto fortalecerá, por un lado, nuestra propia argumentación, pues nos permitirá valorar de forma más crítica el argumento que hemos construido, adelantarnos a responder objeciones factibles e identificar posibles debilidades. Por otro lado, hacer explícito que se tiene conciencia de las posibles objeciones que se le pueden oponer a nuestro argumento genera confianza en nuestro o en nuestros interlocutores acerca de la ética y  seriedad.

            Revisemos algunas estrategias útiles para refutar un argumento:


·         Destacar que se está ofreciendo un argumento falaz.  En esta tarea es de gran importancia el conocimiento de las falacias, pues éstas nos permitirán identificar si hay errores argumentativos en el planteamiento que evaluamos para poderlo refutar. Veamos el siguiente diálogo:

Carlos: Todas las personas piensan que las corridas de toros están bien; por lo tanto, no deben prohibirse.

Alan: Estás cometiendo una falacia, pues el hecho de que todos estén de acuerdo en algo, no se sigue que sus creencias sean verdaderas; todos  pudieran estar equivocados. Estás cometiendo la falacia de apelación  a la autoridad colectiva.


·         Extraer consecuencias absurdas de ciertas afirmaciones. Podemos refutar un argumento haciendo evidente que si aceptáramos sus premisas, se seguirían consecuencias ilógicas o absurdas, lo cual nos indica que la conclusión no se sigue de sus premisas. Veamos el siguiente diálogo:

      Xóchitl: Los holgazanes no deben tener hijos, pues éstos, al verlos, los imitarán y también serán holgazanes.

      Teresa: Si fuera cierto que por ver a tus padres imitas su actividad, entonces, ¿cómo explicaríamos la existencia de hijos holgazanes de padres trabajadores?


·         Encontrar un contraejemplo. Un contraejemplo es una excepción a una regla general propuesta, es decir, un caso específico que evidencia la falsedad de una cuantificación universal (un "para todo"). Consideremos por ejemplo la proposición:


            Todos los estudiantes mienten.


Como esta proposición dice que una cierta propiedad (decir mentiras) es verdadera para todos los estudiantes, basta con encontrar un caso que no cumpla la regla para probar su falsedad. Así, un estudiante que no mienta sería un contraejemplo a "Todos los estudiantes mienten".

·         Cuestionar el significado de algún o algunos términos (conceptos) con los cuales se formulan las premisas. Se podría señalar, por ejemplo, que ciertos conceptos se están utilizando de forma ambigua, imprecisa o engañosa, de tal forma que si se entendiera de otra manera, no llevarían a determinada conclusión, sino a alguna diferente. Veamos el siguiente diálogo:


Adrián: Sólo a los seres humanos se les debe respetar su derecho a la vida. Un asesino ha perdido lo que lo hacía ser humano, por lo tanto, se le debe aplicar la pena de muerte.

Fernanda: El hecho de que una persona sea un asesino no lo hace que pierda su humanidad  (su condición de ser humano). Lo que pierde es su valor de ser una persona buena. Por ello, de tu afirmación no se sigue que se le deba aplicar la pena de muerte.

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