Se llama argumentación
a la expresión del raciocinio. Cuando externamos un raciocinio, lo hacemos
mediante palabras relacionadas entre sí, formando oraciones, construyendo los
argumentos o argumentaciones.
La argumentación expresa una serie
de pensamientos que desembocan en una conclusión. Mediante la
argumentación se expresa toda clase de raciocinios: inductivos o deductivos,
verdaderos o falsos, correctos o incorrectos, e incluso sofismas; la
lógica no los estudia directamente (pues esto corresponde a la gramática), pero
explica la estructura mental que los forma. La gramática, al ser la ciencia
encargada de estudiar la función de las palabras, analiza detalladamente la
argumentación. No olvidemos que en las palabras están implícitas las ideas; en
las oraciones, los juicios, y en las argumentaciones, los raciocinios.
La argumentación del raciocinio se
forma con las oraciones o proposiciones, las cuales se enlazan lógicamente para
llegar a una consecuencia.
(Las proposiciones se enlazan
lógicamente y llegan a una consecuencia y forman los argumentos del
raciocinio).
El
silogismo es el típico raciocinio deductivo empleado en la demostración.
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